Eugenia Fraga
Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, 2019. (Documentos de Jóvenes Investigadores, Nº 46)
Resumen
Este ensayo parte de un triple diagnóstico. Por un lado, la creciente demanda de que el conocimiento se rija por el parámetro de la “productividad”, la “aplicabilidad” y la “utilidad”. Por otro lado, un desbalance en la valoración material y simbólica que reciben las ciencias sociales y humanas respecto del que reciben las ciencias físicas y naturales. Y tercero, una “división internacional del trabajo” entre “regiones productoras” y “consumidoras” de conocimiento.
Frente a ello, se intenta dar forma a una “ética académica anti-utilitarista”, proponiendo un modo de hacer ciencia social, aquí y ahora, que sea “normativa” -asociada a valores, en lugar de “neutralista” u “objetiva”-; “teórica” -que otorgue un lugar central a la reflexión conceptual, en lugar de “empirista” o meramente “estratégica”-; y “crítica” -que cuestione, en lugar de eludir o apañar los dilemas en torno a sus usos nocivos para la sociedad. Además, se intentará dar forma a esta modalidad de la mano de un autor impensado: Talcott Parsons, quien, de modo mayormente desconocido, desplegó problemas como el de la conexión entre ciencia y mercado o el de la conexión entre ciencia y violencia.
Para concluir, definiremos esta ética académica anti-utilitarista ordenando los diversos conceptos, metáforas, antinomias y clasificaciones utilizadas. Organizaremos las heterogéneas corrientes de pensamiento en las que nos apoyamos, desde la filosofía hasta el psicoanálisis, pasando por diferentes tradiciones de teoría social global y local. Y finalmente, conectaremos el diagnóstico de la actualidad que nos rodea con una propuesta de futuro.